miércoles, 25 de julio de 2012

Tomando la noche


Últimamente la envolvían los problemas. Cuando se acababa uno, otro aparecía a la vuelta de la esquina. Miles de pensamientos se almacenaban en su cabeza y no la dejaban pensar con claridad, hasta tal punto, que la costaba dormir por las noches. Es difícil ser dueño de tu vida cuando tienes constantes problemas que te asedian, necesitas liberarte. Por eso esta noche saldrá de fiesta. Decidido. Va al armario, lo abre y ve mil vestidos. Algunos que no se ponía hace años. Se pone ese vestido azul con la espalda al aire….que bien la sentaba. Cuando se lo ponía se sentía más segura. Un poco de rímel y esa raya negra en el ojo que nunca falla. Y esos tacones que le hacen piernas kilométricas. Perfecta. Se mira al espejo. Poderosa, magnífica….una femme fatale en toda regla.  Llama a todas sus amigas: “a las 12 os quiero ver a todas”. Trato hecho. Y a las 12 en punto, cuales cenicientas, están todas allí. Todas están preciosas: unas con vestidos ajustados que entrelucen sus jóvenes cuerpos, otras con faldas vaporosas…. Un festival de la belleza. Dentro de la discoteca. Música fuerte y estruendosa. Perfecta para no pensar en nada. Sentir cómo la música enciende tu motor interno, que comienza a rodar, justo en el momento que empiezan a moverse tus pies al compás de la música. Y esa fuerza va subiendo: pies, caderas, brazos, cabeza…todo tu cuerpo funciona como si fuera una máquina bien engrasada y así, hasta el amanecer. Los problemas se desvanecen a la vez que el nivel de adrenalina va en aumento. ¿Qué pasará después de esto? Nadie lo sabe…  

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