A lo largo de tu existencia vives multitud de emociones.
Amor, odio, euforia, impotencia, paz, rechazo…todas las hemos experimentado, en
mayor o menor cantidad. Las conocemos perfectamente y forman parte de nuestra
vida y algunas han protagonizado momentos de esta historia que vivimos. Una
historia llena de altibajos, porque la vida es como una gran montaña rusa: tan
pronto estas en la cima, donde te crees que eres el rey del mundo, como estas
en el más profundo hoyo, sin ver la luz. A lo largo de ella, como he dicho
antes, padeces muchos sentimientos, algunos de ellos dañinos. Cuantas amistades
se rompieron por la envidia, la mentira, la hipocresía….cuantos amores se
desgastaron por los celos, la desconfianza, el miedo….cuantas familias
fracturadas por la avaricia, el poder, la incomprensión. Todos y cada uno de
ellos son veneno, que nos daña a nosotros mismos y a los que están a nuestro
alrededor. Un veneno súbito, no como esos que te tomas y te mueres dormidito
sin más. No, estos son mucho peores. Es un veneno que mata lentamente. Recorre
todo tu cuerpo, sin dejarse ni un solo espacio. Destruye tu cuerpo, y sobre
todo, destruye a tu pequeño corazón. Un corazón que nace sano pero que con el
tiempo se va deteriorando por nuestros actos. Cuantas noches hemos ansiado ser
como esa persona, hasta tal punto de desearle el mal ajeno, o hemos soñado con
tener esos vestidos tan caros, o ese chico tan guapo pero que tiene novia, o
tener pareja ya que todos tus amigos la tienen….todos esas peticiones que te
atrapan, ya que son difíciles de conseguir, y que no te das cuenta del mal que
te hacen y al final acabas llorando. Lloros y más lloros, que te acompañan
hasta que al final eres capaz de dormirte. Y tras eso, ¿qué hay? Solo queda una
almohada mojada y miles de sueños rotos. Desesperanza, temor, rencor, rabia…
pero todo eso debe acabar. Basta. Tu eres dueño de tu vida, a si que te ves en
la capacidad de decidir cambiar. Convertir toda esa maldad en bondad. Una
renovación en todos los sentidos. Decides ser más empático, generoso, sincero,
fiel…pequeñas dosis de antídoto contra ese veneno mortal. Una renovación que te acompañará a lo largo del
resto de tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario