lunes, 2 de julio de 2012

Renovación


A lo largo de tu existencia vives multitud de emociones. Amor, odio, euforia, impotencia, paz, rechazo…todas las hemos experimentado, en mayor o menor cantidad. Las conocemos perfectamente y forman parte de nuestra vida y algunas han protagonizado momentos de esta historia que vivimos. Una historia llena de altibajos, porque la vida es como una gran montaña rusa: tan pronto estas en la cima, donde te crees que eres el rey del mundo, como estas en el más profundo hoyo, sin ver la luz. A lo largo de ella, como he dicho antes, padeces muchos sentimientos, algunos de ellos dañinos. Cuantas amistades se rompieron por la envidia, la mentira, la hipocresía….cuantos amores se desgastaron por los celos, la desconfianza, el miedo….cuantas familias fracturadas por la avaricia, el poder, la incomprensión. Todos y cada uno de ellos son veneno, que nos daña a nosotros mismos y a los que están a nuestro alrededor. Un veneno súbito, no como esos que te tomas y te mueres dormidito sin más. No, estos son mucho peores. Es un veneno que mata lentamente. Recorre todo tu cuerpo, sin dejarse ni un solo espacio. Destruye tu cuerpo, y sobre todo, destruye a tu pequeño corazón. Un corazón que nace sano pero que con el tiempo se va deteriorando por nuestros actos. Cuantas noches hemos ansiado ser como esa persona, hasta tal punto de desearle el mal ajeno, o hemos soñado con tener esos vestidos tan caros, o ese chico tan guapo pero que tiene novia, o tener pareja ya que todos tus amigos la tienen….todos esas peticiones que te atrapan, ya que son difíciles de conseguir, y que no te das cuenta del mal que te hacen y al final acabas llorando. Lloros y más lloros, que te acompañan hasta que al final eres capaz de dormirte. Y tras eso, ¿qué hay? Solo queda una almohada mojada y miles de sueños rotos. Desesperanza, temor, rencor, rabia… pero todo eso debe acabar. Basta. Tu eres dueño de tu vida, a si que te ves en la capacidad de decidir cambiar. Convertir toda esa maldad en bondad. Una renovación en todos los sentidos. Decides ser más empático, generoso, sincero, fiel…pequeñas dosis de antídoto contra ese veneno mortal. Una  renovación que te acompañará a lo largo del resto de tu vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario