domingo, 29 de julio de 2012
Piezas de cristal
A
veces vives tan rápido que ni te paras a pensar en todo aquello que te rodea.
Tu familia, amigos, novio, estudios… por ello necesitas parar las agujas del
reloj y sentarte a meditar. La verdad es que no me puedo quejar. Tengo una
existencia medianamente tranquila, salvo algún problema secundario, fácil de
resolver. Ésa es la apariencia que doy… pero en realidad dentro de mí hay
miedos y dudas, que no me otorgan esa felicidad plena que tanto se ansía. Miedo a que la gente me vea como alguien
débil, vulnerable. Y es que, el ser fuerte, a veces cansa. El aparentar
felicidad, el hacer que tienes todo bajo control… es un sobre esfuerzo y por
ello, a veces es necesario romper todas las barreras y llorar hasta que te
quedes sin aliento. Porque todo el mundo necesita su día de ser pesimista,
aquel en el que lo ves todo negro. Y sobre todo, necesitamos cariño, en forma
de un abrazo, un beso, que te cojan la mano… cariño. Una sonrisa para demostrar que todo anda bien,
cuando en cambio gritas que necesitas atención a los cuatro vientos. Sonrisas,
que no siempre deben transmitir alegría o felicidad, si no que es una forma de
ocultar que en realidad estas mal, por no querer compartir con alguien esos
remordimientos que te comen por dentro. Es difícil aceptar que las cosas no van bien o
no se desarrollan como tú deseas, porque, sientes que no eres dueño de tu vida,
que no eres capaz de encauzar las aguas en la dirección que quieres…y eso te
hace sentir frágil. Como si fueras una pieza
de cristal acechada por el hecho de verse destrozada en pequeños trocitos
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Tiene que haber altos y bajos en esta vida. No siempre vamos a estar en la cumbre. Pero recuerda que yo voy a estar contigo en la cima y en el descenso. Es un sobre esfuerzo, sí, pero eso es lo que más me gusta de ti, ya te lo he dicho mil veces: tu fuerza y tu carisma. Tú eres capaz de unir todas las piezas de tu vida y formar una bonita pieza de cristal. Te quiero.
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