A lo largo del tiempo, vas acumulando momentos, solamente
los más especiales, que pasarán a formar parte de tu historia.
Tu historia….esa que has ido escribiendo tu a través de sus
palabras y actos. Una historia que te define y te dice quién eres y lo que has
hecho en tu vida. En ella habrá momentos increíbles, de esos que te marcaron y
son imposibles de olvidar, también momentos locos, de esos que al recordarlos
se te dibuja una sonrisa de oreja a oreja. Momentos apasionados, que de solo
revivirlos sientes cómo un escalofrío recorre tu cuerpo…pero no solo de bonitas
alusiones me refiero sino que igualmente debemos nombrar aquellas vivencias que
no fueron tan buenas como las demás: la primera vez que te rompieron el
corazón, mentiras que te hicieron daño, burlas innecesarias que aminoraron tu
autoestima, los momentos de decadencia, de temor….aunque no lo queramos,
también forman parte de esta historia. Porque te ayudaron a crecer y a madurar,
a resurgir de tus cenizas y a volar alto, muy alto.
Y esos momentos son como piezas de un puzzle que vamos
colectando. Todavía no está completado por el simple hecho de que hay piezas
que aún son desconocidas para nosotros. Pero antes de todo eso, nosotros ya habremos
hecho coincidir aquellos fragmentos conocidos y a través de ellos, se
deslumbra, aparentemente, un paisaje precioso. Veremos ese panorámica completa
cuando hallemos las piezas restantes, y solo viviendo seremos capaces de dar
con ellas.
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